Uso de probióticos en patologias clinicas

USO DE PROBIOTICOS EN PATOLOGIAS CLINICAS

 

INTRODUCCIÓN

Lo primero que queremos hacer es diferencial entre PROBIOTICOS, PREBIOTICOS Y SIMBIOTICOS.

Los PROBIOTICOS son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias "buenas" (microbiota normal) del cuerpo. Los PREBIOTICOS son alimentos (generalmente con alto contenido de fibra) que actúan como nutrientes para la microbiota humana.

Los SIMBIOTICOS son alimentos que en su composición incluyen probióticos y prebióticos y potencian, sobre todo, su efecto beneficioso para la salud intestinal. Un ejemplo serían los preparados lácteos ricos en fibra fermentados por bifidobacterias.

 


Se denomina DISBIOSIS al desequilibrio constante de la flora intestinal.

La microbiota juega un papel muy importante en la vida del ser humano, siendo esencial para la vida. Se podría decir que sin ella sería imposible vivir. Esta microbiota está compuesta por diferentes microorganismos, los cuales superan en 10 veces a las demás células de nuestro organismo, colonizando la superficie epidérmica y la de las mucosas.

 

 

Durante estos últimos años se han hecho diferentes estudios que ponen de manifiesto la relación entre el estado de la microbiota y la salud humana. La alteración de esta microbiota guarda relación con la aparición de diferentes enfermedades (gastrointestinales, cardiovasculares, dermatológicas, neurológicas, obesidad, etc.). El uso de probióticos mantiene una buena salud de nuestra microbiota y, por lo tanto, previene de la aparición de dichas enfermedades.


 

USO DE PROBIÓTICOS EN PATOLOGÍAS INTESTINALES

 1. DIARREA POR TOMA DE ANTIBIÓTICOS

La diarrea es un trastorno frecuente que puede ocurrir por diversas causas, entre las que se encuentra la toma de antibióticos, en parte debido a que estos pueden producir una alteración de la microbiota intestinal, lo cual permite que el intestino pueda ser colonizado por bacterias como el Clostridium difficile, el Staphylococcus aureus y la Salmonella. Se admite que entre un 5 y un 20 % de los pacientes tienen un cuadro diarreico después de haberlos tomado. Uno de los antibióticos que con más frecuencia la producen es la amoxicilina/clavulánico.

Recordemos la definición de probiótico: “son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidad adecuada, confieren un beneficio a la salud del hospedador”

La suplementación con probióticos durante y después del tratamiento con antibióticos puede reducir tanto la intensidad como la duración del proceso diarreico, ayudando a restablecer la microbiota intestinal. Recordemos en espaciar al menos 2 horas la toma del antibiótico del probiótico, si son bacterias.

 

                 

                                                

2-      2. SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE

El SII es un trastorno funcional caracterizado clínicamente por alteraciones en el hábito de deposición, tanto diarrea como periodos de estreñimiento, asociado con dolor y malestar abdominal, sin que haya causa orgánica conocida.

Los probióticos indicados para el SII se han empezado a utilizar como alternativa o en adición a otro tipo de tratamiento que por sí solo no ha demostrado tener una eficacia suficiente para disminuir la sintomatología en determinados pacientes. Hemos de recordar de nuevo que para cada patología existen distintas cepas probióticas que han demostrado tener evidencia científica, y que, por lo tanto, no todos los probióticos sirven para tratar cualquier patología. Se ha visto que han aliviado síntomas, como son el dolor abdominal, la flatulencia y la distensión.

 

                                           

 

SALUD FEMENINA

 

3-      3. CANDIDIASIS DE REPETICIÓN

Probablemente sea una recidiva en la candidiasis sufrida, debido a una disbiosis en sus mucosas intestinal y genital. Por ello, y dado que se ha vuelto a presentar el problema después del uso de un antimicótico, se debería completar un tratamiento con un probiótico con cepas específicas que se incorporarán a su microbiota intestinal y vaginal desplazando a la cándida.

Como todas las mucosas del organismo, las mucosas genitales están colonizadas por una microbiota benéfica que las protege de las agresiones de patógenos. Entre los factores que pueden causar una disbiosis, que podría conducir a la proliferación de microorganismos como la cándida, está el uso de antibióticos. Candida albicans es un hongo dimórfico saprófito que forma parte de la microbiota normal de las mucosas intestinales y genitales, es un microorganismo oportunista que, cuando desaparece la microbiota autóctona beneficiosa que tapiza su nicho ecológico, puede adquirir la conformación de hongo. Es lo que podría ocurrir cuando tomamos un antibiótico. Pero también otras circunstancias pueden hacer que cambien las condiciones de pH de la mucosa y favorezcan su crecimiento. Es el caso de las oscilaciones hormonales, propias de la mujer en edad fértil, o inducidas por los anticonceptivos o una higiene muy agresiva o incorrecta. También las bajadas en la inmunidad. Por ello, además del tratamiento farmacológico, se debe restablecer la microbiota intestinal y genital para que esta controle, de una forma fisiológica, el desarrollo de Candida.

 

4-      4. INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO

La cistitis es una infección de la mucosa urinaria (desde la uretra hasta la vejiga), con sintomatología asociada muy característica: necesidad frecuente y urgente de orinar, con la emisión de pequeñas cantidades de orina, quemazón o dolor abdominal. Cuando la infección es más grave, la orina puede ser bastante turbia. En ocasiones va acompañada de fiebre y malestar general. En la parte terminal del tracto urinario (uretra) están presentes bacterias que provienen de la zona perianal. Estas bacterias no proliferan en condiciones normales, por dos razones: porque la microbiota autóctona habitual de las mucosas genitourinarias lo impide y porque cada cierto tiempo son arrastradas por la corriente urinaria.

En las mujeres, las cistitis son mucho más frecuentes que en el hombre. Esto se debe a razones anatómicas (la uretra en la mujer es mucho más corta que en el hombre y a eso se une la cercanía anatómica de los aparatos genital y urinario) y a razones hormonales. Los cambios hormonales femeninos pueden ser también la causa de la aparición de la enfermedad. En la menopausia cambian las condiciones de la mucosa genitourinaria por la bajada de estrógenos. Esto conduce a cambios de pH, a una cierta atrofia de las mucosas que tienden a secarse, que incluso podría hacer aumentar la abertura uretral, favoreciendo la entrada de gérmenes. Escherichia coli (responsable de la mayoría de los casos), Staphilococcus spp., Enterococcus, Proteus spp., Enterobacter spp. y Klebsiella son los microorganismos generalmente implicados en las cistitis. Todos ellos son microorganismos intestinales oportunistas que proliferan en el intestino y en otras mucosas cuando se producen desequilibrio constante de la flora intestinal (dibiosis). En un porcentaje grande, después del primer episodio de cistitis se producen recidivas de la enfermedad. Por ello resulta muy interesante el empleo de los probióticos, que podrían romper el círculo vicioso de la utilización de antibióticos y la disbiosis de las mucosas intestinales y genitourinarias.

REFUERZO DEL SISTEMA INMUNITARIO

5-      5. REFUERZO DEL SISTEMA INMUNE EN ADULTOS

Vitaminas, como la C y la D3, o minerales, como el zinc (Zn) y el selenio (Se), contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Además, la vitamina C podría contribuir a disminuir el cansancio y la fatiga, y el Zn a mantener una función cognitiva normal.

En cuanto al uso de probióticos para reforzar el sistema inmunitario en personas sanas, aunque los estudios realizados hasta el día de hoy son variables en cuanto a resultados, sí se han encontrado efectos beneficiosos. Los efectos dependen del tipo de cepa, la dosis, la duración del tratamiento y la población objeto de estudio. Existen grupos de población que sí podrían beneficiarse del empleo de probióticos por su capacidad inmunomoduladora: entre otros, adultos en situaciones de estrés o ancianos que viven en residencias. Los probióticos influyen en el sistema inmunitario, tanto a nivel innato como en el adquirido. Se han descrito varios mecanismos a través de los cuales los probióticos interfieren en la inmunidad local y sistémica, mejorando la defensa frente a enfermedades infecciosas. Actúan sobre la inmunidad local, aumentando la producción de citoquinas y mejorando la función epitelial. En cuanto a la inmunidad innata, estimulan la actividad de los monocitos y mejoran la actividad y el número de células


6-      6. REFUERZO DEL SISTEMA INMUNE EN NIÑOS

Las infecciones de vías respiratorias altas constituyen uno de los motivos de consulta médica más frecuente en los niños en edad escolar. En la mayoría de las ocasiones se trata de procesos víricos que se pueden resolver sin medicación. No obstante, en muchas ocasiones se recurre a los antibióticos para evitar o tratar las sobreinfecciones bacterianas. En la mayoría de los casos, los niños que sufren estos episodios recurrentes no presentan ningún problema de inmunodeficiencia primaria o adquirida. La inmadurez de su sistema inmunológico y la exposición continua a focos infecciosos en las guarderías y colegios explican estos episodios recurrentes.

En estos casos estaría indicado una fórmula con bacterias probióticas, que han mostrado efectividad en el control de infecciones recurrentes.

      

 

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